La sala de Portalea se puede dividir en tres espacios diferentes y por eso en la actualidad conviven diferentes exposiciones en paralelo. Zaloa Ipiña (Bilbao 1986) muestra su trabajo en la zona de la cúpula. «Es una zona muy bonita pero a veces difícil» reconoce. Sin embargo se muestra satisfecha con el resultado. «Hay unas piezas que cuelgan del techo, y esta es la única sala que me ha dado la oportunidad de que salgan tanto de la pared, que es como funcionan realmente. Por eso he podido ver algunas obras en su totalidad, con anverso y reverso. Además esta sala tiene mucha luz focal y en conjunto creo que la obra ha conversado bien con el espacio».
'Argiaren igarobidea' es el título de su colección, referencia al tránsito de la luz, un tema central en su trabajo. No en vano Zaloa Ipiña se planteó llevar la contraria a uno de los versos del escritor Gabriel Aresti. «En una poesía decía 'Argia ez da ikusten', la luz no se ve. Y es cierto, la luz nos hace ver pero no se ve. Lo que ocurre es que las artes plásticas te ofrecen la capacidad de poder llevar a tu terreno lo que tú desees, y en este caso estoy contradiciendo a Gabriel Aresti porque la luz no se ve pero yo hago que se vea de otra manera».
Tras la cita en el espacio expositivo eibarrés, la colección recalará el próximo mes en el Museo Guggenheim de Bilbao. Por tanto, esta semana aficionados y aficionadas al arte y la arquitectura tienen una buena oportunidad para conocer de cerca los entresijos del edificio Portalea y las exhibiciones que alberga en él, entre ellos la que viajará al Guggenheim, Argiaren Igarobidea
Fuente: Félix Morquecho / DV