El tiempo no acompaña esta temporada.
Así es, sin duda. Junio fue malo y julio, simplemente, no ha sido julio. El tiempo nos ha dado la espalda.
¿Entonces, es verdad que hay menos turistas este año?
Se nota el bajón, la verdad. El tiempo puede ser el culpable de ello, pero puede haber más motivos. El año 2005 marcó un pico importante en Mutriku; se celebró el segundo centenario de la muerte de Txurruka y eso atrajo a muchos turistas. El año pasado influyó esa celebración y se registraron buenas cifras. Así pues, este año tocaba un año más tranquilo. Sabemos que el turismo va por ciclos y, por ello, sube y baja continuamente. Así, es normal lo que ha pasado. La movilidad de la gente es algo aleatorio y no se puede controlar.
De poco servirán, entonces, las previsiones.
Hacer previsiones nunca viene mal pero nosotros no le damos mucha importancia a eso. Nosotros sabemos que, unos años más y otro menos, los turistas vendrán a Mutriku y nos centramos en ofrecer un servicio de calidad.
Somos conscientes de que Mutriku tiene carencias en la oferta de alojamiento y por ello es difícil mantener al turista en el pueblo por mucho tiempo. De todas formas, contamos con nuevos proyectos hoteleros para el año que viene. Y, además, hemos organizado una oferta variada de visitas guiadas para asegurarnos que los que vengan saboreen la esencia de la villa.
¿Funcionan las visitas guiadas?
El año pasado tuvieron una buena acogida y este año no está siendo peor. El turista está relacionando Mutriku con su casco histórico y esto es un valor añadido, tanto para el pueblo como para el turismo. Además, las visitas se organizan durante todo el año y Mutriku se está convirtiendo en destino indispensable para los amantes del turismo cultural.
Has mencionado el turismo cultural. ¿Es Mutriku destino para un turismo específico?
No creo que sea así. Viene gente de toda clase. El perfil predominante es el turista de entre 27-50 años, la mayoría de ellos en pareja. En cuanto a la procedencia, los catalanes son mayoría, seguidos por madrileños y franceses. Después vienen los holandeses, ingleses La mayoría vienen en plan de camping.
¿Se llevan bien los/las mutrikuarras y los turistas?
Hasta ahora no hemos tenido queja alguna en este sentido. Quizás sea verdad que los/las mutrikuarras no hayan percibido hasta ahora el turismo como un recurso, pero esa percepción está cambiando. Aparte de eso, la relación directa entre gentes ha sido totalmente espontánea.
Por otro lado, no hay duda de que la comarca de Debabarrena es un destino muy atractivo, pero ¿qué es lo que más te gusta a ti?
Resaltaría los pequeños valles y barrios alejados de las urbes. Lastur, Olatz y San Pedro de Elgoibar son, entre otros, lugares con un gran encanto, aunque no sean los más concurridos. Aparte de eso, las zonas naturales de la comarca merecen ser visitados. Debabarrena siempre ha sido conocido como una comarca industrial pero muchos se sorprenderían si conociesen sus excepcionales paisajes. ( ) Los turistas, por su parte, no conocen la comarca como tal; Debabarrena es para ellos un trozo más del litoral vasco. En ese sentido, Debabarrena expone una oferta equilibrada para toda clase de turistas. Por ejemplo, Deba y Mutriku son dos ofertas complementarias: Deba se distingue por la amplitud y comodidad de sus playas y Mutriku impregna el litoral con el encanto de su casco histórico. Debabarrena posee una oferta turística muy completa.
Volviendo a Mutriku, tu manera de hablar denota tu afección para con Mutriku; pero, ¿qué es lo que lo hace tan especial?
Mutriku desprende encanto a diestro y siniestro. Es un pueblo pequeño, que se levanta de la mar, en forma de piedra. Eso es lo que me trajo aquí. Después, la piscina es, simplemente, un lugar único. Y los turistas no pasan desapercibidos ante esto. Aunque hay que tener en cuenta que sus empinadas cuestas no son muy apreciadas por los mayores; ¡pero que sepan que los ascensores vienen de camino!
Pero por otro lado, sus cuestas forman parte del encanto del casco histórico. Todo está hecho de piedra: el puerto, la playa, la rasa mareal La gente lo aprecia mucho.
Pero, ¿alguna carencia tendrá?
Como decía antes, la mayor carencia de Mutriku es la falta de alojamiento, sin duda alguna. Aparte de eso, mejoraría la oferta de los ya existentes. Por ejemplo, el camping podría ofrecer más alternativas para cuando el tiempo no acompañe: bungalows, apartamentos
Pero esta necesidad no pasa desapercibida en la villa y ejemplo de ello son la inminente apertura de un agroturismo y de un segundo hotel.
En cuanto a las actividades estamos, poco a poco, ampliando nuestra oferta. En breve, inauguraremos un nuevo centro de interpretación: el Nautilus. Junto a ello, organizaremos una visita guiada que se basará en un paseo en barco hasta Saturrarán y se indicará el lugar exacto donde han sido recogidos los fósiles expuestos en el centro. Una visita interesante, en mi opinión.
Visto lo visto, podemos decir que Mutriku mira al futuro, turísticamente hablando.
Sin duda alguna. Además, el proyecto del puerto encauzará el devenir turístico de la villa. Pero, lo que no hay que olvidar es que Mutriku posee un encanto propio y eso seguirá atrayendo a los turistas. La villa es dueña de materia prima para el turismo: la piscina, el puerto, el casco ¡Trabajo no nos va a faltar!
Poco más que añadir aparte de esto, y mucho por ver y disfrutar, a gusto del consumidor.