El cordal formado por los montes Urko y Akondia una de las bellezas desconocidas del Debabarrena.

El cordal formado por los montes Urko y Akondia forma parte de una verde barrera montañosa que se extiende más allá de Kalamua, marcando losl límites geográficos entre los Territorios Históricos de Gipuzkoa y Bizkaia. Prácticamente toda esta zona, que al norte limita con Markina-Xemein, está enclavada dentro del término municipal de Eibar, si bien las laderas oeste y suroeste del monte Urko corresponden a Mallabi y Ermua.

Naturaleza

El área comprendida enre Urko y Arrate posee un especial encanto paisajístico. La cota máxima(Urko) alcanza los 791m. A pesar de la relativa poca altitud, sus cumbres nos ofrecen panorámicas únicas de la comarca de Lea-Artibai, del cordar de Karakate, montes costeros de Gipuzkoa, Pirineo Occidental, sierras de Aralar y de Elgea, Aizkorri, Gorbeia, macizo de Urkiola, e incluso los lejanos montes de Campoo en Cantabria.

Encajonados en la ladera sur de este cordal, se abren los valles de Mandiola, Gorosta y Arrate, por cuyo fondo discurren las regatas Matxarai y Gorosta. Al norte del monte Urko, pasado Ixua, y abriéndose paso hacia la cuenca del Artibai, se sitúa el barrio de Aginaga. Salpicando el verde manto de estos valles, en los que se intercalan prados y pinares, decenas de blancos caseríos maquillan el paisaje. En relación a la flora todavía hoy podemos contemplar interesantes manchas de enciar cantábrico, robles, castaños o hayedos, fieles testigos de los bosques que en un pasado aún no muy lejano cubrieron estos montes.

Historia

Los restos más antiguos que atestiguan el poblamiento humano en esta zona, corresponden a los periodos Neolíticos-Bronce, culturas directamente relacionadas con los lugares altos de pastos y la actividad ganadera.

Muy cerca del lugar, en Kalamua, prácticamente en la confluencia de los municipios de Eibar, Markina-Xemein y Elgoibar, se conservan dos túmulos, el de “Diruzulo” ( Markina-Xemein) , y el de “Olaburu” (Elgoibar) , monumentos funerarios de aquellos remotos tiempos.

Las características orográficas y estratégicas del lugar, importante paso entre la cuenca del Deba y la de Lea-Artibai a través del collado de Usartza, han marcado su historia; una historia cargada de connotaciones bélicas, pero también de flujos comerciales entre la costa y el interior.Ya en el s. XIV, Lope García de Salazar, en sus “Bienandanzas e Fortunas”, citaba las batallas libradas entre diferentes familias banderizas, en los collados próximos a la ermita de San Pedro de Akondia.

También durante la última guerra Civil (1936) , este lugar representó un estratégico punto en la defensa de Eibar ante el avance de las tropas franquistas. Todavía hoy, en el monte Akondia, pueden verse restos de las trincheras que formaron parte del cinturón defensivo.

Pero la historia no sólo habla de guerras. En la Edad Media, estos caminos constituyeron una de las vías de la ruta jacobea cantábrica; una ruta que desde Arnoate, pasando por el collado de Urkaregi (San Miguel), llegaba a Arrate. Desde aquí, tras pasar por la ermita de San Pedro de Akondia (posiblemente una de las más antiguas de estos parajes), el camino discurría por la antigua calzada, pasando ante el humilladero de San Ildefonso y la ermita de San Román, entrando en tierras de Bizkaia por Barinaga.

El itinerario podemos realizar a pie ó bicicleta.El acceso desde Eibar tomando la carretera de Arrate, existen las opciones de llegar bien hasta Ixua (acceso a Urko, Akondia y Kalamua), ó bien hasta el Santuario de Arrate.

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turismo@debegesa.com

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